El Ministerio de Comercio de China confirmó este martes 12 de agosto la extensión por 90 días de la tregua arancelaria con Estados Unidos, tras intensas negociaciones celebradas en Londres y Estocolmo durante junio y julio. El acuerdo prorroga la medida alcanzada hace tres meses en Ginebra, Suiza, donde ambas potencias pactaron reducir de forma significativa los gravámenes cruzados. Washington bajará del 145% al 30% los aranceles a productos chinos, mientras que Pekín hará lo propio, reduciendo del 125% al 10% los impuestos sobre bienes estadounidenses.
La Cancillería china reiteró que espera “esfuerzos” de Washington para cumplir el consenso alcanzado por los presidentes Xi Jinping y Donald Trump, basado en la igualdad, el respeto y el beneficio mutuo.
Durante la última ronda en Estocolmo, las delegaciones mostraron disposición a priorizar el diálogo para evitar una nueva escalada de la guerra comercial, que había puesto en riesgo cadenas de suministro globales y estabilidad de los mercados.
Las conversaciones en la capital sueca dieron continuidad a los encuentros en Ginebra y Londres, y a una llamada telefónica entre Trump y Xi en junio, donde se abordaron temas sensibles como la exportación de tierras raras y el levantamiento parcial de controles estadounidenses a chips de alta tecnología.
La prórroga llega a pocas horas de que expirara la tregua anterior. Trump pidió a Pekín cuadruplicar sus compras de soja estadounidense, mientras que la Casa Blanca estudia sanciones por la importación de crudo ruso. China, por su parte, defendió su derecho a mantener relaciones comerciales normales con todos sus socios y rechazó la presión de Washington.
En un contexto de tensiones geopolíticas, Trump se reunirá el viernes en Alaska con el presidente ruso, Vladímir Putin, en un encuentro que podría influir en el equilibrio de estas negociaciones.
