Cuba recibió este domingo un cargamento de más de 20 toneladas de ayuda humanitaria proveniente de Bielorrusia, como parte del respaldo internacional ante los desastres naturales que golpearon a la isla durante el otoño de 2024. El envío incluye alimentos e insumos médicos destinados a la población afectada por los huracanes y terremotos que agravaron la crisis del país.
Cooperación internacional solidaria
El canciller cubano, Bruno Rodríguez Parrilla, agradeció públicamente al gobierno bielorruso por el gesto de solidaridad. “Agradecemos al Gobierno y pueblo de Belarús por su apoyo y por el envío solidario a Cuba de más de 20 toneladas de ayuda humanitaria”, expresó a través de la red social X.
Daños severos y crisis estructural
La ayuda llega en un contexto complejo. Cuba enfrentó en octubre y noviembre de 2024 los embates de los huracanes Óscar y Rafael, además de dos fuertes sismos en el sureste del país. Según cifras oficiales, los daños incluyeron más de 34,000 viviendas afectadas, 37,000 hectáreas agrícolas dañadas, y serios estragos en la infraestructura eléctrica, de agua y comunicaciones.
Óscar impactó fuertemente la provincia de Guantánamo con vientos que superaron los 130 kilómetros por hora. Poco después, el huracán Rafael atravesó la provincia de Artemisa como ciclón categoría 3, afectando a unas 800,000 personas en varias provincias occidentales, incluidas La Habana y Mayabeque.
Por si fuera poco, los terremotos registrados el 17 de noviembre con magnitudes de 6.0 y 6.8 grados, respectivamente, provocaron destrozos en Santiago de Cuba y Granma, ocasionando incluso el colapso temporal del sistema eléctrico nacional.
Solidaridad ante la adversidad
Esta contribución de Bielorrusia se suma a una cadena de donativos por parte de gobiernos, organismos multilaterales y organizaciones no gubernamentales que buscan aliviar los efectos de la crisis humanitaria. La situación en Cuba se ha visto agravada por una prolongada recesión económica que incluye escasez de productos básicos, apagones diarios, inflación y una migración sin precedentes.
En momentos donde las cifras se traducen en dolor humano, los gestos de cooperación internacional cobran un valor aún más significativo. La solidaridad de Bielorrusia es un aliento para los damnificados y un mensaje claro de apoyo hacia una nación que, una vez más, enfrenta la reconstrucción en medio de la adversidad.