Las catastróficas inundaciones en el sur de Brasil han cobrado más de cien vidas, convirtiéndose en una de las peores tragedias climáticas del país, según informó la Defensa Civil este miércoles (08.05.2024). El presidente Luiz Inácio Lula da Silva ha calificado este suceso como una “advertencia para el mundo”.
El estado más afectado es Rio Grande do Sul, con 100 fallecidos reportados hasta el momento, cinco más que en el recuento anterior. Además, se registran 128 desaparecidos y 372 heridos en esta región fronteriza con Uruguay y Argentina. En el estado vecino de Santa Catarina, se ha confirmado un fallecimiento, elevando el saldo preliminar a 101 víctimas en todo el sur del país.
En Rio Grande do Sul, el 80% de los municipios ha sufrido graves inundaciones, dejando ciudades parcial o totalmente sumergidas, incluida Porto Alegre, la capital regional, donde el principal aeropuerto se ha convertido en una enorme laguna. Unos 230,500 residentes han debido evacuar sus hogares, sumando un total de 1.5 millones de damnificados en el estado, según datos de la Defensa Civil.
Las autoridades advierten sobre la inestabilidad del terreno y los riesgos sanitarios asociados, ya que las aguas contaminadas pueden propagar enfermedades. Cerca de 100,000 viviendas resultaron dañadas o destruidas, con pérdidas económicas estimadas en más de 900 millones de dólares, según la Confederación Nacional de Municipios.
Los equipos de rescate, respaldados por las Fuerzas Armadas, continúan buscando víctimas y rescatando a los sobrevivientes atrapados, muchos de los cuales se refugiaron en los techos de sus casas. Lula da Silva, en un evento para anunciar inversiones en infraestructura y prevención de desastres naturales, destacó que esta tragedia es una señal global y una factura que la humanidad está pagando al planeta.