En política, los errores tienen un peso significativo, y sus consecuencias pueden ser irreversibles. Este parece ser el caso del gobernador morenista y exrector de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), Rubén Rocha Moya. Su incapacidad para desactivar el control político de la UAS, disputado por el exrector y diputado federal electo por el Partido Sinaloense (PAS), Héctor Melesio Cuén Ojeda, ha desencadenado eventos que han sacudido la escena política y criminal en México. La DEA capturó al famoso narcotraficante Ismael Zambada García, alias “El Mayo”, mientras que Melesio Cuén terminó asesinado, intensificando aún más la controversia.
La situación en Sinaloa ha dejado al gobernador Rocha Moya en una posición comprometida. Aunque logró mantener el poder, lo hizo perdiendo en otros frentes: ahora, el presidente López Obrador no puede negar los vínculos de Rocha con los capos sinaloenses, y la DEA ya lo tiene en la mira. Mientras tanto, en Guerrero, se opta por mantener los acuerdos y valorar la utilidad de los cacicazgos universitarios, como un contraste claro a lo que sucede en Sinaloa.
La Universidad como Instrumento Político en Guerrero
En Guerrero, la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro) ha dejado de ser solo un centro académico para convertirse en un poderoso instrumento político, que se perfila como un actor clave en la sucesión gubernamental de 2027. Desde 2006, el voto estudiantil ha sido manipulado por directivos y maestros, quienes imponen sus decisiones a los alumnos bajo la amenaza de represalias académicas. Esta manipulación ha transformado a la UAGro en un santuario de obediencia ciega, muy conveniente para el rector en turno.
A diferencia de Sinaloa, donde la Ley General de Educación Superior fue revisada para favorecer al gobernador, en Guerrero, la mayoría legislativa morenista ni siquiera se atreve a tocar las irregularidades en el ámbito universitario. La exclusión deliberada de mujeres como aspirantes a la rectoría es solo una de las muchas violaciones flagrantes a la equidad de género que han sido ignoradas por el Congreso local y las organizaciones feministas.
Javier Saldaña: Entre Dos Aguas
El actual rector de la UAGro, Javier Saldaña, ha sido criticado por su prolongada permanencia en el cargo, pero su habilidad para navegar entre diferentes intereses políticos lo ha mantenido en el poder. Saldaña sirve a dos amos: el senador priista Manuel Añorve y el senador morenista Félix Salgado Macedonio. Aunque se ufana de tener el respaldo político de la presidenta electa Claudia Sheinbaum, su lealtad política sigue siendo frágil y está a prueba.
Saldaña, quien nunca ha ganado una elección abierta, se ha posicionado como un aliado clave para la sucesión gubernamental de 2027. Sin embargo, la pregunta crucial es: ¿a quién apoyará cuando llegue el momento decisivo? ¿Al senador Añorve o al senador Salgado Macedonio? Su lealtad política, hasta ahora endeble, será puesta a prueba en los próximos años.