Pese a que los estatutos del Morena lo prohíben −justamente para evitar la proliferación de grupos o tribus como en el PRD, que fueron en gran medida, los causantes progresivos de su debacle−, en el Morena ya se formaron tres bloques específicos que están encarrerados en la pugna por la candidatura al gobierno estatal para la elección de 2027. Sin embargo, dos de ellos necesitan de la fuerza del otro. Y está encarnado en el senador Toro. Es cuestión de atar los cabos.
MORENA: CUENTA REGRESIVA. – A fuerza de intentar subirse a una contienda que todavía no inicia, estos tres grupos morenistas comenzaron a jugar a las vencidas. Se lee así: 1.- La alcaldesa de Acapulco, Abelina López está enfebrecida con la idea de convertirse en candidata a gobernadora. Apenas ganó la reelección en la comuna porteña, advirtió de esta intención: “tengo un sueño y me veo transformando este estado” dijo al recibir su constancia de mayoría. Pero días después, la violencia interminable en ese puerto turístico la puso contra las cuerdas por enésima ocasión. “La violencia en Acapulco me rebasa en facultades”, reconoció el pasado 7 de julio. El mea culpa que confirmó su incapacidad para gobernar. Abelina apela a sumar a su proyecto para esa fecha, a muchos ex priistas y experredista huérfanos de poder que tendieron acuerdo soterrado con Marcelo Ebrard, su tutor político.
Los tres grupos del Morena para el 2027
La alcaldesa es incapaz de reconocer que el triunfo en su reelección no ocurrió gracias a su “brillante” desempeño durante su primer periodo, sino que tuvo sustento eficaz gracias a dos pilares en los que se apoyó: el arrastre de la marca Morena. Y el apoyo decidido del presidente AMLO. Sin ellos, la derrota era segura. Para el 2027 apela a explotar la marca Morena. Porque el apoyo de AMLO ya no será efectivo. Y no está dentro del ánimo político de la presidenta electa, Claudia Sheinbaum.
2.- El otro grupo lo encabeza el diputado local y dirigente estatal del Morena, Jacinto González Varona, quien ya anunció su intención de meterse a la puja por la candidatura a gobernador arropado por el nuñismo. Tiene como aliada a la también polémica diputada Citlali Calixto Jiménez, quien, en mancuerna con Jacinto, aspira a repetir al frente de la titularidad de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) del Congreso local.
Se entiende. Porque con los recursos de esa Coordinación manejados en la oscuridad −pues Jacinto ya se echó a la bolsa el apoyo del auditor de la ASE, César Paris Peralta Hidalgo quien es compadre del exgobernador priista y actual propietario del MC en Guerrero, Héctor Astudillo−, el dirigente estatal del Morena podría financiar una parte de su proyecto. El problema es que Jacinto tendrá que entregar la dirigencia estatal del Morena en el venidero 2025. Y como diputado local su trabajo legislativo no ha trascendido. Ha fluctuado entre el gris y el oscuro. Igual que como dirigente estatal. Es decir, carecerá de tribuna para acaparar los reflectores mediáticos. Podría desinflarse muy rápido.
Los tres grupos del Morena para el 2027
3.- El tercer grupo está liderado por el senador Toro. Reposa sus apoyos en cuando menos cuatro columnas políticas: la senadora Beatriz Mojica, cuya migración del PRD al Morena no se entiende sin su impulso. Beatriz podría convertirse en factor decisivo en la pugna por la candidatura a gobernador. El otro apoyo se sustenta en los amarres políticos prolongados con AMLO, en el hipotético escenario de que Claudia Sheinbaum no lo respalde.
La presidenta electa está a prueba en ese terreno pues es claro que AMLO podría apuntalarla desde su virtual retiro político. Y una forma de mantener la unidad y fortaleza del Morena en Guerrero, sería no excluyendo al senador Toro de la contienda a gobernador.
Finalmente, el factor más importante es que el senador Toro cuenta con liderazgo en terreno abierto. Su popularidad en Guerrero es mayor que las ambiciones de Abelina y de Jacinto González. Y una ventaja adicional radica en que, al estar fuera de la entidad y despachando como senador en la Ciudad de México, su desgaste político es menor, comparado con el de la alcaldesa de Acapulco, y el del dirigente estatal del Morena.
Estos últimos miden su desempeño por la confrontación abierta y de todos los días, con los problemas más sentidos de los acapulqueños en el caso de la alcaldesa morenista. Y con una agenda legislativa local paralizada, en el segundo. Desde luego, el senador Toro cuenta, además, con el apoyo literal de su hija, la gobernadora. ¿Podrán Abelina, Jacinto y aliados revertir todo eso? El reloj político ya está corriendo.
HOJEADAS DE PÁGINAS…
Los padres de los 43 estudiantes desaparecidos de la normal de Ayotzinapa, ya perdieron las esperanzas en el sexenio de AMLO. Porque los dejó igual que cuando tomó protesta como presidente en 2018: no resolvió nada. Y sin un compromiso abierto con ellos, es previsible que la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, termine por darle “carpetazo” al penoso y criminal asunto. Con el indolente agregado, de que el expresidente priista Enrique Peña Nieto, nunca fue requerido para que rindiera declaración. Porque en este país, nada escapa al conocimiento del presidente en turno. Es la regla. Y Peña Nieto sabía mucho al respecto. Pero AMLO decidió no llamarlo. Porque las élites del poder no se destruyen, pero sí se protegen entre ellas.