Abraham García Valente asume el cargo tras la detención de Germán Reyes
El alcalde de Chilpancingo, Gustavo Alarcón Herrera, designó a Abraham García Valente, policía estatal, como nuevo titular de la Secretaría Municipal de Seguridad Pública. García Valente sustituye a Germán Reyes Reyes, quien fue detenido recientemente como presunto responsable del asesinato del alcalde Alejandro Arcos Catalán.
Designación aprobada por el Consejo de Seguridad Pública
En entrevista, Alarcón Herrera explicó que el nuevo secretario de Seguridad fue enviado desde el Consejo de Seguridad Pública y cumple con todos los requisitos de certificación para asumir este cargo. La decisión llega en un momento crítico para el municipio, que busca restablecer la seguridad tras los recientes hechos violentos.
“Confiamos en que Abraham García Valente podrá coordinarse eficazmente con las corporaciones estatales y federales para garantizar la seguridad de Chilpancingo”, declaró el alcalde.
Antecedentes de la Secretaría de Seguridad
En la transición del gobierno municipal, la responsabilidad del área de seguridad fue entregada inicialmente a Ulises Hernández Martínez, un experimentado policía estatal que previamente había sido coordinador de la corporación. Sin embargo, el 28 de septiembre, días antes de asumir formalmente el cargo, Hernández Martínez fue asesinado cerca del mercado de Chilpancingo, lo que generó incertidumbre en la corporación.
Posteriormente, Germán Reyes Reyes fue designado como encargado de despacho. Reyes había desempeñado cargos en la Fiscalía General del Estado y contaba con el rango de capitán retirado del Ejército Mexicano. No obstante, la semana pasada fue detenido, acusado de ordenar el asesinato del alcalde Alejandro Arcos debido a conflictos con un grupo criminal que buscaba obtener más influencia en el gabinete municipal.
Nuevo secretario ya en funciones
Abraham García Valente asumió formalmente el cargo este jueves y ya se encuentra trabajando desde la comandancia de la Policía Municipal. El nuevo secretario tiene el desafío de coordinar esfuerzos con las fuerzas estatales y federales para mejorar la seguridad en la capital de Guerrero, que ha enfrentado serios retos en materia de orden público.