Ciudad de México, 31 de mayo de 2024 – La tasa de desempleo en México ha alcanzado mínimos históricos, cayendo al 2.5% en el primer trimestre de 2024. Esta cifra es inferior al 2.7% registrado en el mismo periodo del año anterior y también menor al del trimestre inmediatamente anterior, según un informe del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Desempleo y Población Económicamente Activa
Durante el primer trimestre de 2024, la población desocupada en México se redujo a 1.5 millones de personas. Paralelamente, la población económicamente activa (PEA) aumentó en 574,000 individuos, alcanzando un total de 60.7 millones de ciudadanos. Estas cifras reflejan un crecimiento significativo en la participación laboral del país.
Reducción del Desempleo
El INEGI destacó que en marzo de 2024, solo el 2.3% de la población en edad de trabajar y que busca activamente empleo no consiguió ocupación. Este es el nivel más bajo jamás registrado en la historia de la tasa nacional de desempleo.
Desafíos Persistentes
A pesar de estos logros, más de la mitad de la población laboral sigue trabajando en la informalidad. En el primer trimestre de 2024, la tasa de informalidad se situó en el 54.3% de la fuerza laboral total, con 32.1 millones de personas laborando en el sector informal. Esta cifra representa una reducción interanual de 78,000 trabajadores en dicho sector.
Además, al menos 4 millones de mexicanos consideran necesario tener un segundo o tercer empleo para satisfacer sus necesidades económicas o han optado voluntariamente por trabajar más horas para aumentar sus ingresos.
Diferenciación por Sexo
La participación laboral muestra diferencias significativas entre hombres y mujeres. Casi el 76% de los hombres están activos en el mercado laboral, en comparación con el 46% de las mujeres. Esta disparidad subraya la necesidad de políticas que promuevan una mayor inclusión y equidad de género en el ámbito laboral.
Perspectivas para el Futuro
Aunque las cifras de desempleo son alentadoras, México aún enfrenta el desafío de reducir la informalidad laboral y mejorar la calidad del empleo. Estos serán objetivos clave para la próxima Administración, que deberá implementar estrategias efectivas para fomentar el empleo formal y asegurar un crecimiento económico inclusivo y sostenible.
