En el volátil escenario de Medio Oriente, la estrategia de Hezbolá contra Israel se ha caracterizado por un enfoque de escalada gradual, una táctica que ha mantenido en vilo a la región durante años. El grupo militante libanés, respaldado por Irán, ha optado por un enfoque de “paso a paso”, evitando enfrentamientos directos a gran escala y optando en su lugar por acciones calculadas y precisas. Este método permite a Hezbolá medir cuidadosamente la respuesta de Israel y ajustar sus tácticas en consecuencia, manteniendo así un equilibrio de poder en la región.
Este enfoque no solo busca evitar una guerra abierta y costosa, sino que también pretende fortalecer la posición de Hezbolá tanto en el Líbano como en el escenario internacional.
Al desafiar a Israel de manera controlada, Hezbolá refuerza su imagen como un defensor de la causa palestina y un contrapeso a la influencia israelí y occidental en Medio Oriente.
En los últimos años, Hezbolá ha incrementado su arsenal de misiles y ha mejorado sus capacidades de inteligencia, lo que le permite lanzar ataques precisos contra objetivos específicos en Israel. Estas acciones calculadas envían un mensaje claro: Hezbolá está listo para responder a cualquier provocación, pero prefiere hacerlo de manera que minimice las represalias y evite un conflicto total. Además, esta táctica de escalada gradual sirve para mantener a Israel en un estado de alerta constante, obligándolo a desviar recursos y atención hacia el frente libanés.
La situación en la frontera entre Israel y el Líbano sigue siendo una fuente de tensión regional. La estrategia de Hezbolá de paso a paso es una muestra de su capacidad para adaptarse y evolucionar en un entorno geopolítico complejo, asegurándose de que, aunque el conflicto no estalle por completo, la amenaza latente continúe.
Este enfoque calculado permite a Hezbolá continuar su resistencia, fortalecer su base de apoyo y mantener a sus adversarios siempre al borde de un enfrentamiento mayor.