En el marco de la salud pública, la vacunación emerge como una herramienta fundamental para prevenir diversas enfermedades infecciosas, asegurando así la protección de la población a lo largo de la historia, según afirma una especialista del Hospital General de México “Dr. Eduardo Liceaga”.
Las vacunas, formulaciones farmacéuticas que contienen agentes que imitan a los microorganismos causantes de enfermedades específicas, son esenciales para activar las defensas naturales del cuerpo humano. Al administrarse, el sistema inmunológico reconoce estos agentes y genera anticuerpos, lo que fortalece la respuesta inmunitaria del organismo.
En México, las vacunas se ofrecen de manera universal, gratuita, segura y eficaz, haciendo hincapié en la importancia de que niños, niñas y adolescentes reciban las dosis necesarias conforme al calendario establecido en las Cartillas Nacionales de Salud. Es crucial que madres, padres o personas tutoras y cuidadoras lleven a los menores a vacunar en las unidades de salud cercanas.
Los efectos secundarios de las vacunas suelen ser leves y transitorios, como dolor en el sitio de la inyección, fiebre y malestar general, que desaparecen en las primeras 48 horas. Es importante evitar la automedicación y buscar atención médica en caso de malestar prolongado.
La pandemia de COVID-19 ha impactado las tasas de vacunación debido al temor a acudir a los centros médicos. Sin embargo, es esencial comprender que la vacunación no solo protege a la persona vacunada, sino que también contribuye a la inmunidad colectiva, reduciendo la circulación del virus y protegiendo a quienes no pueden vacunarse.
El avance científico ha permitido el desarrollo de vacunas para diversas etapas de la vida, incluido el embarazo, con el objetivo de proteger la salud materna y transmitir anticuerpos al feto. Además, las vacunas desempeñan un papel crucial en la protección de personas con enfermedades crónicas, fortaleciendo su sistema inmunológico y reduciendo el riesgo de complicaciones asociadas.
La prevención a través de la vacunación es fundamental para garantizar la salud de la población. Invertir en vacunas es una estrategia preventiva que ofrece beneficios a largo plazo y contribuye al bienestar de las comunidades.