El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha ordenado a las autoridades aplicar una “mano de hierro” en respuesta a las recientes protestas que han sacudido varias regiones del país. En un discurso transmitido en cadena nacional, Maduro subrayó la necesidad de mantener el orden y no tolerar ninguna acción que, según él, busque desestabilizar su gobierno.
Las manifestaciones, motivadas por el deterioro de las condiciones económicas y la falta de servicios básicos, han crecido en intensidad, llevando a Maduro a endurecer su postura. “No permitiremos que se siembre el caos en nuestra patria”, afirmó el mandatario, instando a las fuerzas de seguridad a actuar con firmeza.
La declaración de Maduro ha generado preocupación entre organizaciones de derechos humanos, que temen un aumento en la represión contra los manifestantes. A nivel internacional, varios países han expresado su alarma ante la posibilidad de que las medidas anunciadas por Maduro conduzcan a un agravamiento de la crisis política y social en Venezuela.
Con estas declaraciones, el presidente busca consolidar su control en un momento crítico, pero la escalada de tensiones sugiere que la situación podría empeorar en los próximos días.