Panamá – 18 de julio de 2024
El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, anunció que no repatriará “a la fuerza” a los migrantes que cruzan la inhóspita selva del Darién, fronteriza con Colombia, en su marcha hacia Estados Unidos, aclarando así sus declaraciones previas al asumir el poder.
“No podemos meterlos presos, no podemos repatriarlos a la fuerza”, afirmó Mulino en rueda de prensa. Esta declaración contrasta con sus promesas al asumir el mando el 1 de julio, donde aseguró que devolvería a sus países de origen a los migrantes que llegaran a Panamá cruzando la selva del Darién y “cerraría” esta ruta utilizada por más de medio millón de personas en 2023.
Un cambio en la retórica presidencial
Durante su campaña electoral, Mulino había anunciado el “cierre” del Darién en caso de ser electo, y en su discurso de investidura afirmó: “No permitiré que Panamá sea un camino abierto a miles de personas que ingresan ilegalmente a nuestro país”. Sin embargo, en la rueda de prensa reciente, Mulino reconoció la realidad de la situación: “La gente no se quiere quedar en Panamá, la gente quiere ir a Estados Unidos, y si ese tema se nos vuelve una situación, pues para allá irán”.
Colaboración con Estados Unidos
El mismo día de su toma de posesión, Panamá firmó un acuerdo con Estados Unidos mediante el cual Washington se comprometió a aportar seis millones de dólares para financiar las repatriaciones y otros gastos. La migración es un tema clave en la campaña de las elecciones estadounidenses de noviembre.
Ajustes en la política migratoria
Al ser proclamado como presidente electo, el 10 de mayo, Mulino declaró: “Para que sepan los de allá y los que quisieran venir, que aquí el que llega se va a devolver a su país de origen”. Sin embargo, la semana pasada, su ministro de Seguridad, Frank Ágrego, suavizó el discurso al afirmar que no había “más remedio” que dejar que los migrantes prosiguieran su travesía hacia el norte.
El desafío de la ruta del Darién
En 2023, más de medio millón de personas atravesaron esta peligrosa ruta, enfrentando ríos caudalosos, animales salvajes y bandas criminales que roban, violan y matan. La mayoría de los migrantes son venezolanos, pero también destacan haitianos, ecuatorianos, colombianos y chinos.