El proceso electoral en Rusia está en curso, y todo indica que Vladimir Putin extenderá su mandato hasta al menos 2030, manteniendo así un dominio prolongado en la presidencia del país.
La mayoría de los votos se emitirán durante tres días a partir del 15 de marzo, aunque la votación anticipada y por correo ha estado en marcha, incluso en áreas controvertidas como las zonas ocupadas de Ucrania, donde las fuerzas rusas buscan ejercer su influencia.
Sin embargo, esta elección no sigue los estándares de una contienda democrática convencional. Se espera que los votantes marquen casillas constitucionales sin una verdadera opción de retirar a Putin del poder.
El control de Putin sobre el sistema electoral ruso se ha consolidado aún más en los últimos años. La prohibición de candidaturas a los opositores y el fallecimiento en circunstancias sospechosas de líderes como Alexey Navalny, la voz más destacada contra Putin, evidencian un panorama desafiante para la pluralidad política en el país.
Putin ha estado en el poder durante gran parte del siglo XXI, reescribiendo las reglas políticas para prolongar su mandato. Con una ley promulgada en 2021 que le permite optar por dos mandatos adicionales, podría gobernar hasta 2036, convirtiéndose así en el líder con más tiempo en el poder desde Joseph Stalin en la era soviética.
Su estrategia para mantener el control del Kremlin ha incluido cambios constitucionales y movimientos políticos astutos, como su intercambio de puestos con Dmitry Medvedev en 2008, que le permitió un retorno rápido a la presidencia en 2012.
Esta elección no solo marca el inicio de un nuevo mandato para Putin, sino que también refleja su poder continuo sobre el destino político de Rusia en las próximas décadas.