Washington, D.C. — 14 de junio de 2025.
La capital de Estados Unidos vivió una jornada tensa este sábado, en la que el patriotismo y la protesta se encontraron cara a cara. El desfile militar organizado por el presidente Donald Trump, con motivo de su cumpleaños número 79 y en celebración del 250 aniversario de las Fuerzas Armadas, desató una fuerte polarización entre ciudadanos que lo consideran un homenaje legítimo al Ejército y quienes lo perciben como un acto con tintes autoritarios.
Celebración entre blindajes y vigilancia
El evento se llevó a cabo en el National Mall, área que fue fuertemente resguardada por agentes del Servicio Secreto, barricadas, detectores de metales y unidades caninas. El despliegue incluyó tanques, vehículos blindados y sobrevuelo de aeronaves militares, lo que generó reacciones encontradas tanto dentro como fuera de la ciudad.
Para simpatizantes como Shaun Dailey, de 22 años, quien viajó desde Pensilvania, la parada militar fue “una celebración del país, no de un presidente”. En palabras de Brent Kuykendall, de 66 años, proveniente de Texas, el desfile “va más allá de Trump. Es para honrar a nuestro Ejército y a Estados Unidos”.
Oposición masiva: “No se va a salir con la suya”
A solo metros del desfile, cientos de manifestantes se reunieron en señal de protesta, muchos portando carteles con frases como “Pro USA, anti Trump” y “No al fascismo”.
Sam Richards, un veterano militar de Mineápolis, expresó su indignación:
“Esto es usar al Ejército como un símbolo personal. Se parece más a una dictadura que a una democracia. Es inaceptable.”
A su lado, figuras caricaturescas de Trump, pancartas satíricas y consignas gritadas por jóvenes y adultos reflejaban el profundo malestar de una parte significativa de la población.
Anahi Rivas-Rodríguez, de 24 años, destacó la importancia de alzar la voz, pese al ambiente intimidante:
“El presidente puede amenazar con responder con fuerza, pero protestar también es un acto patriótico.”
Más de 2,000 protestas a nivel nacional
La escena en Washington no fue única. Según reportes de medios y organizaciones sociales, más de 2,000 protestas se realizaron simultáneamente en los 50 estados del país, muchas de ellas bajo el lema: “Resistir el autoritarismo es amar a Estados Unidos.”
La tensión política aumentó aún más tras conocerse que dos legisladores demócratas de Minesota fueron atacados en sus hogares este mismo día, hecho que reavivó el debate sobre el clima de violencia política en el país.
Bill Kennedy, de 68 años, también presente en la capital, fue enfático:
“Trump necesita ver que no todos están con él. Esta nación no le pertenece. No vamos a callar ante sus amenazas.”
Un país fracturado
El desfile militar, que en otro contexto podría haber sido una conmemoración nacional, terminó siendo un símbolo de la profunda división que atraviesa Estados Unidos. Las imágenes contrastantes de ciudadanos vitoreando banderas y otros levantando pancartas de repudio dejaron claro que, a un año de las elecciones, la batalla por el alma del país está lejos de resolverse.
Escrita por Juan Antonio Roman Morales