Boeing, el gigante de la aviación estadounidense, enfrenta una crisis profunda tras una serie de incidentes relacionados con defectos de fabricación en sus aviones. Como respuesta, la compañía anunció que su director ejecutivo, Dave Calhoun, dejará su cargo a finales de año, junto con otros cambios en la alta dirección.
La decisión de Calhoun de renunciar llega en un momento crítico para Boeing, exacerbado por un incidente a bordo de un vuelo de Alaska Airlines en enero, cuando un panel de emergencia se desprendió en pleno vuelo de un Boeing 737 MAX 9. Este incidente ha profundizado la crisis de confianza en la empresa.
En un comunicado, Calhoun reconoció el impacto del incidente de Alaska Airlines y expresó su compromiso de manejar la situación con humildad y transparencia. Además, hizo referencia a la crisis previa desencadenada por los accidentes fatales de dos 737 MAX 8 en 2018 y 2019, que resultaron en la pérdida de 346 vidas humanas.
A pesar de los desafíos, Calhoun se mostró optimista sobre el futuro de Boeing, destacando la determinación de la compañía para aprender de sus errores y reconstruirse. Su salida, programada para finales de 2024, marcará el comienzo de una serie de cambios en la directiva de la empresa, incluyendo la sustitución del actual presidente, Larry Kellner, por Steve Mollenkopf.
Estos anuncios han generado una reacción positiva en el mercado, con un aumento significativo en el precio de las acciones de Boeing. Sin embargo, la compañía aún enfrenta un largo camino hacia la recuperación y la reconstrucción de la confianza del público en su seguridad y calidad.