En Georgia, las elecciones presidenciales han generado un ambiente de extrema tensión. Desde hace semanas, miles de personas se han volcado a las calles para expresar su rechazo hacia el gobierno de Sueño Georgiano. La represión por parte de las autoridades ha intensificado el malestar social, mientras los manifestantes exigen justicia y democracia.
El conflicto tomó mayor fuerza cuando el gobierno anunció la suspensión del proceso de adhesión a la Unión Europea. Este hecho, sumado a las elecciones parlamentarias recientes, profundizó las divisiones políticas en el país.
Cambios en la elección presidencial y su impacto
Desde 2017, las reformas constitucionales han modificado la forma de elegir al presidente. Ahora, el cargo es ocupado mediante la decisión de un colegio electoral, dejando atrás el voto directo. Este cambio ha limitado los poderes del jefe de Estado, convirtiéndolo en un rol principalmente ceremonial.
Salomé Zourabichvili, actual presidenta y crítica del gobierno, calificó de ilegítimos los resultados de las elecciones parlamentarias más recientes. Su postura refleja el descontento de una gran parte de la sociedad georgiana.
Acusaciones de fraude y boicot opositor
La oposición ha boicoteado tanto las elecciones parlamentarias como las presidenciales. Este acto dejó al partido Sueño Georgiano como el único participante en la contienda electoral. Según observadores internacionales, las irregularidades en el proceso electoral han sido motivo de preocupación y desconfianza.
Kavelashvili y el dominio del partido gobernante
El candidato presidencial Mikheil Kavelashvili, apoyado por el partido oficialista, ha sido señalado como impulsor de leyes controvertidas. Una de ellas, la ley de agentes extranjeros, generó amplias protestas y deterioró las relaciones de Georgia con Occidente.
Kavelashvili ha acusado a la oposición de buscar una revolución controlada por intereses extranjeros. Sin embargo, críticos afirman que su candidatura refleja el dominio absoluto del partido Sueño Georgiano en el panorama político actual.
