Estados Unidos manifestó su preocupación ante la creciente tensión en Turquía, luego de una serie de arrestos masivos en medio de protestas opositoras. El secretario de Estado, Marco Rubio, abordó el tema durante una reunión en Washington con su homólogo turco, Hakan Fidan, en la que se discutieron las implicaciones de la crisis política en el país euroasiático.
Arrestos y protestas en Turquía
Desde el pasado 19 de marzo, Turquía enfrenta su mayor ola de protestas en más de una década. La detención del alcalde de Estambul, Ekrem Imamoglu, principal rival electoral del presidente Recep Tayyip Erdogan, desató manifestaciones en varias ciudades del país. Hasta la fecha, al menos 1.418 personas han sido arrestadas, acusadas de participar en concentraciones ilegales.
Las fuerzas de seguridad han intensificado los operativos para sofocar las movilizaciones, mientras que las organizaciones de derechos humanos denuncian un uso excesivo de la fuerza y restricciones a la libertad de prensa.
Periodistas detenidos y censura mediática
En medio de la crisis, un tribunal de Estambul ordenó el martes la prisión provisional de siete periodistas turcos, entre ellos el fotógrafo de la Agencia France-Presse (AFP), Yasin Akgül. Akgül fue detenido mientras cubría una protesta en Estambul y se defendió argumentando que solo estaba realizando su trabajo periodístico.
El gobierno turco ha intensificado la vigilancia sobre los medios de comunicación, prohibiendo la cobertura de las protestas en varios canales nacionales e internacionales. Organismos de derechos humanos han alertado sobre un posible retroceso en la libertad de prensa en Turquía, señalando que la represión a periodistas es una táctica recurrente en gobiernos autoritarios.
Reacción internacional y postura de EE.UU.
Tras la reunión con Hakan Fidan, el Departamento de Estado de EE.UU. emitió un comunicado en el que Rubio expresó su inquietud por los acontecimientos en Turquía.
“El secretario de Estado expresó su preocupación por los recientes arrestos y manifestaciones en Turquía”, señala el informe oficial.
Estados Unidos ha instado a Ankara a respetar los derechos fundamentales, incluyendo la libertad de prensa y el derecho a la protesta pacífica. Sin embargo, el gobierno de Erdogan ha justificado los arrestos alegando amenazas a la seguridad nacional y acusando a la oposición de fomentar la desestabilización del país.
Un escenario político incierto
Las protestas en Turquía han avivado el debate sobre el futuro político del país, especialmente en un contexto de creciente descontento social. La detención de Imamoglu podría ser un golpe significativo para la oposición de cara a las próximas elecciones, mientras que la respuesta del gobierno de Erdogan ha generado preocupaciones sobre un posible endurecimiento del autoritarismo en Turquía.
A medida que la crisis avanza, la comunidad internacional sigue de cerca los acontecimientos, evaluando las posibles repercusiones en la estabilidad de la región y en las relaciones diplomáticas con Ankara.