Negociadores de ambas potencias anuncian en Londres un marco general que deberá ser aprobado por sus líderes
LONDRES | 10 de junio de 2025. Después de dos días de negociaciones en la histórica Lancaster House de Londres, representantes de Estados Unidos y China anunciaron este martes un acuerdo de principio sobre un “marco general” para resolver sus diferencias comerciales, en un paso que podría marcar el inicio de una nueva etapa en las relaciones entre las dos principales economías del mundo.
Un marco para la reconciliación comercial
El representante comercial chino, Li Chenggang, fue el primero en informar sobre los avances, afirmando ante la prensa que ambas delegaciones han logrado “un acuerdo de principio” que será ahora presentado a los respectivos líderes de ambos países para su aprobación final.
Por su parte, el secretario estadounidense de Comercio, Howard Lutnick, destacó que uno de los elementos clave del acuerdo se centra en la preocupación de Washington por las restricciones impuestas por Pekín a la exportación de tierras raras —minerales estratégicos para las industrias tecnológicas, aeroespaciales y automotrices.
“Este marco nos permitirá abordar los cuellos de botella que afectan directamente a sectores clave de nuestra economía. Las tierras raras no pueden ser un arma comercial”, aseguró Lutnick.
Las tierras raras en el centro del conflicto
Estados Unidos ha denunciado en los últimos años que China utiliza tácticas dilatorias para restringir el envío de tierras raras, materiales esenciales para la producción de semiconductores, baterías de vehículos eléctricos y componentes aeroespaciales. Pekín, por su parte, argumenta que sus decisiones responden a criterios ambientales y de seguridad nacional.
Este nuevo entendimiento, si se concreta en acuerdos vinculantes, podría reducir la dependencia estratégica de EE.UU. respecto a estas materias primas y suavizar las tensiones que desde la administración Trump han marcado la relación bilateral.
Una tregua esperada tras años de fricciones
El conflicto comercial entre Washington y Pekín se remonta a la guerra arancelaria iniciada durante el mandato de Donald Trump, cuando ambas partes impusieron gravámenes mutuos que afectaron gravemente el comercio internacional. Aunque algunas tarifas se han reducido temporalmente, la desconfianza y los desacuerdos estructurales han persistido.
Ahora, con este nuevo marco de diálogo, ambas naciones parecen buscar una salida pragmática. El representante chino Li subrayó el tono constructivo del encuentro: “Nuestra comunicación ha sido muy profesional, racional, profunda y franca. Estos avances deberían reforzar la confianza mutua”, afirmó.
¿Y ahora qué sigue?
Aunque el anuncio ha sido recibido con cautela por los mercados internacionales, la implementación del acuerdo dependerá de la voluntad política de los presidentes de ambas naciones. Analistas señalan que si el marco es aprobado, podría ser el primer paso hacia un tratado comercial más amplio que defina las reglas del juego para la próxima década.
Por ahora, el mundo observa con atención mientras Estados Unidos y China intentan redefinir su relación económica en un entorno global cada vez más competitivo y geopolíticamente tenso.
Nota escrita por Juan Antonio Roman Morales.