Tensiones por el agua entre México y Estados Unidos

Tensiones por el agua entre México y Estados Unidos: Un desafío sin vencedores claros

Mundo

Las tensiones aumentan entre Estados Unidos y México en una disputa fronteriza centrada en el agua, no en la migración.

Según un tratado vigente desde hace 80 años, Estados Unidos y México comparten las aguas del río Colorado y el río Grande, respectivamente. Sin embargo, debido a una severa sequía y altas temperaturas, México ha enfrentado dificultades para cumplir con sus compromisos de suministro, poniendo en riesgo la estabilidad de ambos países.

Los agricultores del sur de Texas han expresado su preocupación por la falta de agua proveniente de México, que está afectando severamente a sus cultivos y a la agricultura regional. Este conflicto ha llevado a algunos líderes tejanos a pedir al gobierno de Biden que retenga la ayuda a México hasta que se resuelva la crisis.

Ambos países se enfrentan a otro verano prolongado y caluroso, con la esperanza puesta en la posibilidad de lluvias que puedan aumentar el caudal de los ríos mexicanos afectados por la sequía. Sin embargo, los expertos advierten que depender exclusivamente de las precipitaciones es una estrategia riesgosa frente a un problema hídrico cada vez más grave y de largo plazo.

Según el tratado de 1944, México está obligado a entregar a Estados Unidos 2.16 kilómetros cúbicos de agua del río Bravo cada ciclo quinquenal. Esta agua se almacena en las presas Falcón y Amistad, situadas en la frontera entre ambos países.

El conflicto subraya las enormes dificultades de distribuir recursos hídricos escasos en un mundo que enfrenta condiciones climáticas cada vez más extremas y secas.

El director del Colegio de la Frontera Norte, Alfonso Cortez Lara, explica que el cambio climático ha reducido el caudal del río Grande al derretirse menos nieve en las montañas, afectando severamente la disponibilidad de agua.

En el lado mexicano, el río Conchos, principal afluente del río Grande, juega un papel crucial al reabastecerlo, especialmente en una sección conocida como el “tramo olvidado”, donde el río a menudo se seca completamente durante todo el año.

Las negociaciones para modificar el tratado han enfrentado obstáculos, especialmente en cuanto a la fiabilidad del suministro de agua en México. El gobierno mexicano ha sido instado a presentar un plan detallado sobre cómo cubrirá el déficit actual.

El problema se agrava con el desarrollo urbano y agrícola a lo largo del río Grande, impulsado en parte por el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Este crecimiento ha aumentado la demanda de agua, exacerbando la crisis actual.

En última instancia, la crisis del agua no tiene vencedores claros. Ambos países enfrentan impactos significativos debido a la escasez de agua y deben adaptar sus políticas a un clima cambiante para enfrentar este desafío común.

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