El gobierno de Bolivia decretó este miércoles 26 de marzo la emergencia nacional debido a la intensa temporada de lluvias que ha provocado inundaciones, deslizamientos y daños generalizados en todo el país. Hasta la fecha, las autoridades han reportado 51 fallecidos y más de 378,000 familias afectadas.
Lluvias sin precedentes en más de 40 años
El presidente Luis Arce anunció la medida en una conferencia de prensa en la sede del gobierno, subrayando que el país enfrenta una de las temporadas de lluvias más severas de las últimas décadas.
“Estos desastres naturales nos están exigiendo la declaración de situación de emergencia nacional”, expresó el mandatario.
Las intensas precipitaciones han golpeado los nueve departamentos del país, con daños especialmente graves en Chuquisaca, Santa Cruz y La Paz.
Impacto de la emergencia en Bolivia
Las lluvias han causado inundaciones, desbordes de ríos y deslizamientos de tierra, afectando la infraestructura y dejando a miles de familias sin hogar. La situación ha generado preocupación debido a la vulnerabilidad de comunidades rurales y urbanas expuestas a estos fenómenos climáticos.
Con la declaración de emergencia, el gobierno boliviano podrá:
- Movilizar más personal para operaciones de rescate.
- Agilizar la compra de ayuda humanitaria para damnificados.
- Gestionar recursos de financiamiento externo para mitigar los daños.
Comparación con temporadas anteriores
La temporada de lluvias en Bolivia comienza generalmente en noviembre y se extiende hasta abril. En el periodo 2023-2024, las lluvias dejaron un saldo de 55 muertos. Sin embargo, este año las precipitaciones han sido más intensas y generalizadas, afectando a un mayor número de personas en un corto periodo de tiempo.
El presidente Arce enfatizó la gravedad del fenómeno:
“Estas lluvias no se han registrado en el país en más de 40 años. Estamos atravesando una situación extremadamente compleja”.
Medidas y llamados a la comunidad
Las autoridades han instado a la población en zonas de riesgo a seguir las indicaciones de emergencia, evitar áreas propensas a inundaciones y estar atentos a las alertas meteorológicas. Se han habilitado refugios temporales y centros de acopio para apoyar a los afectados.
A medida que las lluvias continúan, se espera que el gobierno boliviano refuerce las acciones de ayuda y reconstrucción en las regiones más golpeadas por la crisis climática.